La actual iglesia se construyó reinando en España Fernando VII, curiosamente es el año en que nace la futura reina Isabel II, y se terminó en 1.832, año en que muere Fernando VII. El coste económico en su mayoría fue sufragado por el Monasterio de San Millán, exceptuando lo que humildemente pudieron aportar los vecinos de la Villa.
Costó 15.000 reales. Los materiales que se utilizaron en la construcción fueron sillares, tejas, ladrillos, en su mayor parte piezas aprovechadas de otros edificios, por ejemplo, de San Martín de Soto (granja de recreo que el monasterio tenía en la rivera del río Cárdenas, poco más debajo de Berceo). Se desmontaron los tejados, pisos interiores y muros, empleándose en Cordovín muchos miles de tejas, ladrillos y baldosas.
El aprovechamiento de materiales de derribo así como el abuso de la mampostería en la construcción demuestran que los tiempos no estaban para altos vuelos y se trató de economizar todo lo que se pudo, para que no se disparasen los costes. Así se le da un aspecto muy pobre y de la anterior no quedan ni rastros.
Se construyó sobre una era, regalo de D. Atanasio Villar, y para amasar, bajaron el agua desde Prado La Fuente, y cuando construían en los cimientos pusieron en mantillas a un señor que se llamaba Crisantos Martínez.
La forma actual de la Iglesia por fuera es la de un cuadrado perfecto, de 16 metros de lado, sin contar con el pórtico. El interior es de cruz griega, teniendo cada brazo 14,25 metros de largo por 6,55 de ancho.
La altura de la nave en crucero es de 10,25 metros con bóveda de un cuarto de esfera, sostenida por cuatro arcos de medio punto de donde arrancan los extremos de la cruz cuya bóveda es de cañón de 8 metros de altura.
Su construcción en general es de mampostería (piedras con argamasa), con zócalos esquinas y marcos de ventanas de sillería.
La cornisa o alero con esquina recta es de ladrillo y sillares intercalados del mismo corte.
El interior es de planta de cruz griega, con dos sacristías en los lados de la cabecera. Estas se cubren con bóvedas de arista, el crucero con bóveda vaída (media esfera) y los lados con bóveda de cañón sobre arcos rebajados que caen en mensuales (molduras que sobresalen en un plano vertical).
A los pies hay un coro alto sobre madera.
La torre está al suroeste y el baptisterio al noroeste es de estilo neoclásico; el suelo es de las piedras de la vieja capilla y el primer bautizo que se celebró en esta nueva Iglesia fue de el Hermenegildo Hervías Martínez, hija de Matías y Francisca, siendo beneficiado y teniente de cura D. Celestino Manzanares.
Fue solemnemente inaugurada el 10 de marzo de 1.832.
En 1.853 regentaba la parroquia Fray Idelfonso Cañas, hijo de Cordovín, que había estado en el convento benedictino de Oña y acabó algún detalle de la Iglesia.
Los altares de los lados pertenecían a una ermita de Nájera. Al lado del evangelio, en el brazo izquierdo, retablillo de un cuerpo con frontón redondo roto y columnas corintias entorchadas. Clásico principios del siglo XVII con pintura entablada de la misma época de Cristo resucitado, e imagen de la Virgen del Rosario de estilo romanista del XVI, repintado.
Al lado de la epístola, otro altar pequeño de las mismas características con San Martín de Tours.
Presbiterio: Retablo mayor con cuerpo de tres calles y ático estilo rococó de principios del siglo XVIII, imágenes de San Cristóbal (patrón de la Villa), la Virgen con el niño y San José, algo anteriores al retablo y un Crucifijo en el ático romanista del siglo XVI.
Sacristía: Gran lienzo de la Inmaculada fechado en 1.634, otro del Niño Jesús con la cruz a cuestas, de la escuela andaluza, de la segunda mitad del siglo XVII (robado), campanilla de bronce fundido con la inscripción «sit nomen Domini Benedictus”, ángeles levantes de Santa Paz, guirnaldas y siglas P.A. de estilo renacentista de fines del XVI.
Incensario de bronce del XVII.
Cruz y custodia de Plata ( esta última del XVII).
Muchas cosas de la Iglesia fueron regaladas por personas del pueblo, así el palio por Benigno Manzanares. La cruz de plata fue traída de Cádiz.
En 1.972 se produjo un robo en la Iglesia, llevándose los ladrones las imágenes del Niño Jesús, que tenían las figuras de San Cristóbal y San José. Esto ocurría la noche del 7 de Junio de 1.972; y un cuadro del Niño Jesús.
Se comenta que la imagen del Niño Jesús que portaba San Cristóbal, tenía en su mano una bola del mundo de un material de gran valor.
En 1.985 era colocado el nuevo niño a San Cristóbal realizado por Julio Benés Martínez, pintándose poco después la Iglesia.
Hay datos de que en 1.728 en Cordovín existían varias cofradías, entre las que destacan la de San Cristóbal, la de San Martín, la de la Vera Cruz, las tres Marías y discípulos de San Juan, Asociación de Hijas de María y del Corazón de Jesús, y la de San Jerónimo Hermosilla, esta fundada el 27 de abril de 1.910.
En cuanto a esta última, su finalidad es conmemorar el recuerdo afectuoso del Santo, la fiesta es un día móvil, se suele celebrar el tercer domingo de Septiembre. Esta cofradía se fundó en 1.910 el 27 de Abril, los estatutos de aprobaron el 2 de mayo y la cofradía funciona en estos momentos a base de una aportación mínima de los cofrades en número de más de 200 en 1.994.
Se tiene la costumbre de decirle una misa durante la noventa al cofrade que muere. La cofradía está representada por un prior y mayordomo, su mandato dura dos años, su misión consiste en preparar la imagen del santo para la procesión y restituirla a su sitio pasada las fiestas, y portar el estandarte durante la procesión.
Acabada la ceremonia religiosa todos los cofrades que lo desean suelen tomar un refresco.
De las cofradías de San Cristóbal, de las de las Tres Marías y de la de los Discípulos de San Juan, no tenemos noticias de sus actividades.
La cofradía de la Vera Cruz , quizá la más antigua, se dedicaba a atender a los más necesitados, por ejemplo a los mendigos que venían pidiendo limosna por los pueblos, alguno de los cuales morían en lugares llamados cubiertos que propiamente eran cuatro apoyos de piedra o madera sobre los que se apoyaban generalmente sarmientos. Entonces, los miembros de la cofradía lo velaban durante toda la noche.
Había una buena mujer que se llamaba Teresa que perdía la noche con ellos, les hacía rezar y alrededor de media noche les ofrecía galletas y alguna bebida, para posteriormente enterrarlos.
Tenía la obligación de abrir tumbas a los cofrades y de asistir en días señalados a una serie de actos religiosos bajo pena de sanción pecuniaria.
La Asociación de Hijas de María celebraban la fiesta en mayo y la festividad el 8 de diciembre; solían acudir bastante al rosario y la novena, y en días más señalados traían predicador; se ponían una medalla y aliado donde ellas mismas habían colocado el altar con la imagen de la Virgen, iban a comulgar de dos en dos con una vela encendida; entraban en la asociación cuando cumplían los catorce años hasta que se casaban; el ramo de novia se lo solían ofrecer a la Virgen.
En las procesiones se sacaba el estandarte entre la presidenta y las camareras, relevándose cada cierto tiempo; se encargaban también de poner bonita la imagen de la Virgen.
De la del Corazón de Jesús prácticamente se puede decir lo mismo, siendo sus celebraciones el mes de Junio.